Sin volver a ser el mismo
he ido por las calles en tu busca
y he creído verte en los cristales
de todas las ventanas y sonrisas...
Y a la pálida luz de las farolas
me he sentado muchas veces a esperarte.
Quizás la noche es silenciosa
y por ello me apetezca ser poeta...
¡Quién sabe si el alma es una estrella
que se enciende y se apaga en unos versos!
Un momento no es más que una palabra
que se agita en las páginas de un libro.
Cada flor que lucha entre las piedras
es más fuerte que el viento que las rompe.
Y es por eso que he ido por las calles
acechando cada huella calurosa,
esperando encontrarte en cada esquina
que produjera sensaciones olvidadas.
Y heme aquí, a la pálida luz de una farola,
sentado, como siempre, a esperarte...
© 2001-2006 Andrés Navarro Herrera