¡Que el mar me traiga tu nombre!
¡Rompan mi playa sus olas!
Porque luchar contra el viento
nunca podré hacerlo a solas.
Truenen las nubes furiosas,
marquen, mortales, la tierra...
... pero que no te hagan daño
sonrisa, sonrisa eterna.
 
Te sueño siempre conmigo
y eres real si despierto.
Vivo contigo en mi mente,
en la casa de mis versos.
Hablo contigo a lo lejos
y sonríes con mis sueños,
cuando te digo al oído:
quiero quererte y te quiero.
 
Recuerda que en tus miradas
luce siempre un vivo fuego,
ese que derrite estrellas
cuando miran en silencio.
Y que cuando yo te miro
salta del alma un deseo:
¡Que el mar me traiga tu nombre!
¡Quiero que habites mis versos!

© 2001-2006 Andrés Navarro Herrera