Este poema es un homenaje a las víctimas del terrorismo y a todos aquellos que viven con la violencia rodeando sus vidas...
Para que se oiga una voz solamente en la Tierra...
la voz de la PAZ...
Hoy me ha pasado una sombra
por delante de la esperanza,
dejando un rastro de sangre,
manchando de barro el alma,
como si quisiera decirme
que las estrellas se apagan...
Un resplandor silencioso
quebró la gris madrugada,
dejando en el aire las nubes
de triste rojo pintadas,
como un perenne recuerdo
a la insensatez humana...
Y he de empezar a gritarlo
con la cabeza muy alta,
que el tiempo camina deprisa
y despacio se acaba:
una explosión en el mundo,
una explosión de palabras...
© 2001-2006 Andrés Navarro Herrera