Quisiera tener tus manos
pegaditas a las mías,
y en el silencio llamarte
y llenarte de caricias...
Quisiera tener tus ojos
y saber lo que tú miras,
para sacarte del alma
cada palabra que digas...
Quisiera tener tu boca
alimentando mi vida,
para llenarla de estrellas
cada vez que sonrías...
Quisiera tener tu pecho
latiendo como latía,
porque te tuve en mi sueño
y en mi sueño me querías...
Escucha este poema.
© 2001-2006 Andrés Navarro Herrera