Y yo que siempre he creído
que no era verde el fuego,
y hoy lo he visto en tus ojos
crepitando por dentro,
liberándome el alma
de todos mis miedos...
Y no me salían palabras
de entre mis labios secos,
sino lágrimas ardientes
que me quemaban el pecho,
sacando afuera el pasado,
la soledad y el silencio...
He de encontrar la manera
de regresarme los sueños,
para volver a ser una roca
contra el paso del tiempo,
y entre tus brazos un día
verme llorando de nuevo...
© 2001-2006 Andrés Navarro Herrera